Tal
como indican las bases de ejecución de los presupuestos municipales,
en las que se prima el precio frente a las mejoras, el prácticamente
único criterio que guía la gestión de Vecinos por Torrelodones es
el precio de los contratos. En la explicación de los presupuestos
municipales de otros ejercicios, hay que recordar que este año el
Ayuntamiento está funcionando con las cuentas de 2018 prorrogadas,
el Concejal de Hacienda, Luis Collado, se ha jactado en repetidas
ocasiones de los importantes remanentes con las bajas que saben de
antemano que se van a producir en las licitaciones municipales.
Sin
embargo, estos pretendidos ahorros no salen ni mucho menos gratis y
tienen sus efectos, tanto en los propios concursos públicos que se
convocan como en la ejecución de los mismos. A lo largo de la
legislatura se han declarado desiertos varios concursos porque
ninguna empresa se ha mostrado interesada en presentar ofertas, como
ha sucedido con el nuevo Centro de Protección Animal que ha tenido
que ser vuelto a licitar al estimarse que los costes previstos eran
un 40% inferiores a los reales.
Además
de la falta de licitadores a determinados procesos de contratación,
se suma las reiteradas penalidades impuestas a adjudicatarios de
concursos que no cumplen con sus obligaciones e, incluso, empresas
que a mitad de contrato renuncian al mismo. En estos años se han
impuesto multitud de penalidades a contratistas, como los de las
obras del Parque Arroyo Valero o de los Huertos Urbanos, mientras que
todos recordamos el calvario de retrasos que supuso la obra de la
pista de patinaje de la calle Nueva o de la acera de Las Marías.
Más
grave aún es que
dos
licitaciones importantes han sido tumbadas por los tribunales
administrativos. A finales de 2016 el Tribunal Administrativo de
Contratación de la Comunidad de Madrid dio la razón a la Asociación
Profesional de Empresas de Limpieza que presentó un recurso al
concurso para la limpieza de los edificios municipales en base a que,
según sus cálculos, el importe máximo por hora era inferior al
salario mínimos recogido en convenio.
En
este caso se había licitado un contrato que ni siquiera permitía
cumplir los mínimos del convenio de limpieza, que ya es de por sí
bastante precario, como los perniciosos efectos que tiene el uso del
precio como único baremo para la adjudicación de contratos
públicos, con la consiguiente precarización del empleo y la rebaja
de las condiciones laborales de los trabajadores que prestan los
distintos servicios municipales que salen a licitación pública.
Una
situación que se ha vuelto a dar en el caso del contrato de la
recogida de basuras y la limpieza viaria, también anulado por el
Tribunal Administrativo de Contratación de la Comunidad de Madrid.
Uno
de los argumentos que más nos preocupa es que el Tribunal indica que
no se ha calculado bien el coste del servicio, especialmente en
materia salarial, con las implicaciones que esta situación pueden
suponer para los trabajadores de las empresas que, finalmente, se
hagan cargo del servicio.
CRITERIOS
SOCIALES Y RESPONSABILIDAD
En
opinión de los socialistas, una buena herramienta para evitar todos
estos problemas sería la implantación de una instrucción de
criterios sociales en la contratación. En esta legislatura se dio
luz verde a una moción impulsada por el PSOE, que fue apoyada por la
mayoría del pleno municipal, para que el Ayuntamiento de
Torrelodones pudiera contar un protocolo de cláusulas Sociales y
medioambientales en los procedimientos de adjudicación y en la
ejecución de los contratos.
Hasta
ahora, tal y como obliga la Ley, el criterio casi único por el que
se adjudican los contratos es casi exclusivamente el precio, una
circunstancia que provoca que las empresas presenten ofertas a la
baja para tratar de lograr las adjudicaciones y que tiene las
consecuencias que todos hemos padecido, como obras que se eternizan
por falta de personal, concursos que tienen que replantearse porque
su presupuesto no cubre ni los salarios fijados en el convenio del
sector y adjudicaciones que se tienen que rescindir porque las
empresas no cumplen lo que tienen firmado”.
Por
esas razones, los socialistas creemos que es importante que los
criterios de adjudicación de los contratos municipales tengan en
cuenta más elementos que los puramente económicos. Se trata de no
ceñirse exclusivamente a la aceptación de las ofertas económicas
más ventajosas para, de esa manera, tener también en consideración
aspectos relacionados con la justicia social y la mejora
medioambiental, cuya aplicación conlleva importantes beneficios
tanto para la ciudadanía como para el propio Ayuntamiento y las
empresas que operan en nuestro municipio”.
El
estilo de contratación de Vecinos por Torrelodones tiene otras
consecuencias que tampoco se ven en el balance contable del
Ayuntamiento, y son las condiciones de trabajo de los servicios que
externalizamos. Está claro que Vecinos no tiene criterios sociales
en la contratación, solo les vale lo que quede bonito en su
pretendido superávit y en su cacareada deuda cero.
Rodrigo
Bernal, candidato del PSOE a la Alcaldía de Torrelodones
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