miércoles, 27 de marzo de 2019

Socialistas de Torrelodones: 40 años de trabajo por nuestro pueblo


Queda poco menos de dos meses para las elecciones municipales y, según se van sucediendo los acontecimientos, parece que algunos han emprendido una enloquecida carrera que, sinceramente, no se si les va a llevar a alguna parte. Por un lado asistimos a un indisimulado cruce de puñaladas entre quienes han sido hasta hace bien poco compañeros de partido. Ya lo decía el insigne Winston Churchill cuando un inexperto diputado le preguntó si en la bancada de enfrente se sentaban los enemigos. El viejo estadista le contestó, allí se sientan nuestros adversarios, los enemigos se sientan entre nosotros.

El ejemplo más vívido de esa situación es lo que se está viviendo más o menos soterradamente entre las formaciones que dicen situarse a la izquierda del PSOE y otras que no se sabe muy bien dónde están. Nos desayunamos día sí y día también con desencuentros cada vez más sangrantes entre quienes han aspirado a ser la fuerza hegemónica de la izquierda en nuestro país o han soñado con convertirse en el referente más moderno que la política española ha visto en toda su historia.

 A la desbandada de parte de la dirección que han sufrido fuerzas como Podemos, que ha visto como poco a poco se iba disgregando el grupo fundacional que les llevó a tocar casi el cielo con las manos, se suma el espectáculo de portavoces que se han dejado la piel durante cuatro años defendiendo las posturas de Ciudadanos en nuestro municipio y que, llegada la hora de la verdad, se ven descabalgados porque parece ser que no cumplían el perfil que sus jefes quieren presentar a los electores.

Caso aparte merece la reaparición de grupos políticos que, a pesar de tener nutrida representación en la Asamblea de Madrid y hasta en el Congreso de los Diputados, como es el caso del enésimo círculo local de Podemos no han movido ni un dedo durante los cuatro años de legislatura para tratar de resolver los problemas de sus vecinos. Algunos de ellos han dicho que vuelven, como la nueva reencarnación de Izquierda Unida que parece que va a caminar del brazo de lo que queda de Actúa, lo cual es síntoma de que se habían marchado porque para volver a alguna parte hay que abandonarla previamente.

En el otro extremo nos encontramos con un grupo mayoritario en nuestro Ayuntamiento que sigue demostrando sus habilidades manipuladoras de la opinión pública. Dicen que han renunciado a la subvención municipal que sí hemos usado el resto de grupos de municipales, pero se callan que siendo gobierno tienen todos los medios del Ayuntamiento, incluidos los de comunicación, a su entera disposición.

Además confunden a los ciudadanos al dejar caer que ese dinero público sirve para sostener la actividad de los partidos, lo cual es totalmente falso y profundamente torticero ya que saben perfectamente a qué se puede destinar esos fondos. Desde luego a elaborar el programa electoral de un partido no se puede hacer con la subvención municipal, tal como se se encarga de controlar la intervención del Ayuntamiento cuando los grupos, y el PSOE el primero, hacemos entrega de la correspondiente justificación con detalle de todos y cada uno de los gastos en que hemos incurrido y de las empresas y profesionales que han trabajado para nosotros.

En muchas de las maneras de esta nueva pero vieja política se esconde un mensaje inquietante: antes de nosotros no había nada y cuando nos vayamos la nada volverá. Es lo que algunos pensadores denominan adanismo, una forma de entender la vida que se trasluce en que algo o alguien es el origen de todo y que antes de ellos, como sucedió con Adán, nada existía.

Desde hace muchos años, en concreto desde 1931 que fue cuando se fundó la Agrupación del PSOE en nuestro pueblo, los socialistas de Torrelodones, como personas convencidas de que la política es una noble y necesaria actividad, sostenemos con nuestro esfuerzo económico y personal la actividad del PSOE como partido en nuestro municipio. 

Desde aquel lejano 1931, no hemos hecho otra cosa que trabajar por el bien común de Torrelodones, con nuestra voluntad personal y, en muchas ocasiones, rascándonos el bolsillo particular de cada uno de nosotros. Otros entran y salen, muchos se desgastan en inútiles luchas intestinas, algunos parece que inventaron poco menos que la rueda. Nosotros somos la garantía de la estabilidad, del rigor y de la solvencia. Lo hemos sido y lo seguiremos siendo en el futuro.

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