Seguro que muchas
veces hemos escuchado aquello de que, los pueblos que no conocen su historia
están condenados a repetirla. Sin embargo, la historia es mucho más que el
rastro documental que va quedando desperdigado a través de los tiempos, muchas
veces por archivos y en otras ocasiones en lugares de lo más inverosímil. La
historia son también los edificios, las obras de arte, las construcciones
públicas, las canciones, las costumbres, los utensilios de la vida diaria y los
más variopintos objetos que los humanos hemos usado en determinadas épocas y
que son el mejor medio para saber cómo éramos, como vivíamos y qué nos sucedió
en determinadas fases de nuestro devenir histórico.
Ese legado material e inmaterial es el Patrimonio Histórico, la memoria de nuestra
historia expresada a través de las cosas, el testamento tangible de quienes
construyeron nuestra tierra mucho antes que nosotros. Defenderlo y ponerlo en
valor, es tanto como defender y poner en valor nuestra propia memoria.
Por ese
motivo, el PSOE ha apostado decididamente porque la Comunidad de Madrid tenga
una ley adecuada para proteger nuestro Patrimonio; un texto legal que sustituya
al que entró en vigor en el año 2013 y que, no sólo nosotros, sino hasta el
Tribunal Constitucional que ha declarado inconstitucionales ocho de sus
artículos, consideramos absolutamente nefasto para el futuro de nuestra
historia.
Con la actual ley de
patrimonio histórico regional se ha provocado que en algunos casos se llegue al
deterioro y a la ruina, desprotegiendo los símbolos de nuestro pasado y entregándolos
a la pura y simple voracidad de los agentes económicos. En nuestro propio
municipio tenemos dos ejemplos muy evidentes de las consecuencias que la
desprotección causa en nuestro Patrimonio Histórico: el Palacio del Canto del
Pico y el entorno de la Presa del Gasco y el Canal del Guadarrama.
En el caso del
emblemático Canto del Pico, además de ser escenario de episodios históricos
relevantes, si se pierde definitivamente perderemos la oportunidad de entender
los modos y maneras de actuar en los
años más oscuros de nuestra historia reciente, la dictadura franquista. En
cuanto a la Presa del Gasco y el Canal del Guadarrama, además de las
impresionantes obras públicas que son en sí mismas, son el símbolo de una
España ilustrada que trató en vano de sacar a nuestro país de siglos de
oscurantismo y acercar los vientos de la educación, la
cultura y la prosperidad que agitaron la Europa del siglo XVIII.
La protección de
nuestro patrimonio histórico necesita de una política muy consistente y
decidida, que disponga los recursos necesarios para que todos los madrileños
podamos ejercer el derecho que la Ley nos otorga para disfrutar de él. Hasta
ahora, por el contrario, da la impresión de que no tenemos ninguna conciencia
con el legado recibido, ni cuidado con ser capaces de transmitirlo.
Es más, en los
últimos tiempos hemos asistido a una especie de centrifugación de competencias
por parte de la Comunidad de Madrid hacia los Ayuntamientos, por la que se pretende delegar en los consistorios la gestión del patrimonio, pasando a las Corporaciones locales tan importante tarea sin
trasladar los recursos económicos y personales necesarios y sin dotar a las entidades locales de la
capacidad de iniciativa y la potestad administrativa necesarias para llevarla a cabo en las mejores condiciones.