miércoles, 22 de marzo de 2017

Hiperlocalismo, una visión sesgada y limitada de la política

Una de las grandes corrientes de pensamiento es aquella que dice piensa global, actúa local. O dicho de otro modo, lo local y lo global están mucho más cerca de lo que podría parecer. Para ilustrar un ejemplo de localismo mal entendido,  voy a explicarles lo que ha sucedido con los trabajadores de Gigante y la estrechez de miras de Vecinos por Torrelodones. 

Las decisiones sobre el futuro de nuestro municipio también
se toman más allá de las curvas de Las Matas y Parquelagos
Estas familias, porque detrás de los números hay personas con todo tipo de situaciones, se dirigieron a los Ayuntamientos donde esa cadena de supermercados tiene abiertos establecimientos, entre ellos Torrelodones. Alcaldes y concejales de municipios como Collado Villalba, Alpedrete, Cercedilla, Galapagar, Guadarrama, El Escorial, San Lorenzo de El Escorial, Moralzarzal y Villanueva del Pardillo, de todo signo político, acudieron a la petición de ayuda de estas personas que, sinceramente, lo único que demandaban era un poco de apoyo y soporte moral en los momentos tan complicados que están viviendo y cuyo desenlace puede ser la pérdida del empleo para uno de cada cinco de sus 388 trabajadores.

No, no es un error ni fue un olvido. Deliberadamente, ningún representante de Torrelodones acudió a esa cita en apoyo a unas personas que están pasándolo mal. No fue desidia o dejadez, fue un absoluto. No es tanto falta de interés como el absurdo localismo de Vecinos por Torrelodones, que les hace actuar de distinta manera según sea el domicilio de los afectados por cualquier problema que les pueda surgir. 

Para nosotros, los socialistas, los trabajadores de Gigante son personas, sean de nuestro pueblo o no, vivan dentro de nuestro término municipal o fuera de él, que demandaban al Ayuntamiento del pueblo donde está su empresa que les eche una mano. Aunque sea simbólica. Pues ni ese gesto obtuvieron,  ya que los adalides de la supuesta nueva política parecen ser incapaces de mover un dedo en todos aquellos asuntos que superen las curvas de Parquelagos o de Las Matas, aunque afecte a sus ciudadanos. Bueno, salvo que moverlo suponga un valor añadido a su maquinaria de propaganda, que está claro que es el único motor de su acción política.

Nosotros creemos que estamos para escuchar y tratar de resolver los problemas que afectan a la gente, a toda la gente que vive, trabaja o estudia en Torrelodones, porque no exigimos el carnet de torresano de pura cepa para apoyar, aunque sea con un gesto, a aquellas personas que necesitan de nuestra intervención para tratar de encontrar solución a sus problemas. Eso hicimos con los trabajadores de Gigante, como hicimos en su día con los del Casino, o como haremos con todos aquellos colectivos que tengan que ver con nuestro pueblo y a los que podamos ayudar de alguna manera.


Los Ayuntamientos tienen un papel de liderazgo
que va más allá de cumplir con sus competencias
El papelón jugado por Vecinos por Torrelodones en muchos asuntos  es la prueba de un equivocado y exacerbado hiperlocalismo que maniata y limita su acción política. Hemos escuchado hasta la saciedad la cantinela de “no es competencia municipal”, “es asunto que supera los límites de Torrelodones”. Estar al frente de un Ayuntamiento es algo más que cumplir a rajatabla las normativas municipales y no salirse del estricto cumplimiento de las competencias. Es tener capacidad y ganas de liderar aquellas cuestiones que precisan de una solución, esté en mano o no del Ayuntamiento. Es tener interés en implicarse y en pelear por todo aquello que es necesario para nuestro pueblo, se tenga capacidad o no de resolución de manera directa.

En la Asamblea de Madrid se deciden muchos
de los asuntos que afectan a nuestro municipio
El PSOE, como partido que tiene una visión global pero que actúa pegado al terreno,  llevamos y llevaremos la voz de nuestros vecinos, de todos, más allá de los estrechos límites que marcan las curvas de Parquelagos y de Las Matas que es donde parece que se diluyen las responsabilidades y acaban las ganas de trabajar de Vecinos por Torrelodones.